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COMBUSTIÓN ESPÓNTANEA I.....PARTE:

CUERPOS QUE ARDEN


DICKENS relató, en el capítulo 32 de su obra BLAKE HOUSE, la muerte de unos de los personajes por extraño fuego proveniente del interior del cuerpo de este. ¿Esta extraña muerte es producto de la imaginación del escritor o por el contrario se inspiro en hechos reales?. Esta pregunta la respondió él mismo en el prefacio del libro. Estudió 30 casos de combustión espontánea. Una de esos casos fue la de la CONDESA DI BANDI en 1731. Su doncella entró en la alcoba de la condesa para despertarla, como cada mañana. Pero la señora no estaba acostada, hecho que extraño a la doncella. En la habitación había un olor repulsivo. A unos pasos de la cama había gran cantidad de cenizas. De entre las cenizas acumuladas sobresalían dos piernas. También se libro del fuego el cráneo. En el suelo se extendía un líquido viscoso y mal oliente. Los despojos humanos encontrando, dos piernas y un cráneo, fueron suficientes para identificar a la Condesa Bandi. Como nota curiosa diremos que las piernas lucían medias que permanecieron intactas. La noticia de la extraña muerte de una personalidad importante corrió como reguero de pólvora por la ciudad de Florencia.

Es el propósito del GRUPO RADIÓFONICO "El Aleph" de dar a conocer este fenómeno, de poner a la luz lo que hay de verdad o de fantasioso, hemos recopilado información sobre mas casos, mostraremos opiniones de expertos: forenses, médicos, bomberos, etc. Les mostraremos, en un trabajo periodístico: fechas, nombres, lugares. Y que cada cual saque sus propias conclusiones.

Uno de los primeros casos documentados de combustión espontánea nos lo relata el doctor Battaglio. El suceso aconteció en la ciudad de Filetto 1789. La víctima un sacerdote llamado Bertoli. Vivía en la casa de una hermana. Era habitual que pasara largo tiempo encerrado en su habitación leyendo. En una de esas ocasiones, empezó a gritar angustiosamente. Su cuñado que estaba en casa, se dirigió rápidamente a la habitación del cura. Al abrir la puerta, vió como Bertoli estaba tendido en el suelo y envuelto en llamas. El fuego se extinguió por si mismo en pocos minutos, sin embargo ya era tarde para la vida de Bertoli. El posterior examen médico dió resultados sorprendentes. Sorprendió a los facultativos que la piel del cadáver no estaba quemada, sino hecha jirones, desgarrada. Sin embargo, las ropas que llevaba permanecían sin un rasguño o quemadura. Permanecieron intactas. ¿Por qué a pesar de haber estado envuelto en llamas, el cuerpo no presentó quemaduras?. ¿Qué fue lo que originó los jirones en la piel de Bertoli?. A la segunda pregunta, quizás ya no le podamos dar respuesta. Para poder emitir alguna respuesta a la primera tendremos que seguir indagando en mas casos. Como el de Grace Pett en la ciudad de Ipswich (Gran Bretaña) en 1744. La víctima fue descubierta por la mañana en el suelo de su casa, ardiendo. Los testigos dijeron que el fuego era intenso pero sin llama. Alrededor de las cenizas de Grace había objetos inflamables, sin embargo, ninguno de esos enseres caseros sufrió el menor daño del fuego. Más sorprendente aún es que el suelo de madera no presentó daño alguno. ¿ Que clase de fuego es capaz de consumir a cenizas un cuerpo y no afectar al suelo de madera donde este se apoya?.

Investigar casos como los anteriormente citados es de extremada dificultad. Pues son hechos que se alejan mucho en el tiempo. Y llegar a la fuente original es casi misión imposible, al menos para nuestras limitadas posibilidades. Por ese motivo nos hemos apoyado en testimonios como el doctor Battaglio. Confiamos en su condición de médico para poder dar carta de veracidad a los hechos por él narrados. Muy distintos son los casos que en las próximas líneas contaremos. Son asuntos cercanos en el tiempo, abunda información sobre los mismos y algunos de ellos tuvieron gran impacto mediático.

Como lo ocurrido en un viejo y abandonado edificio londinense. Los bomberos acudieron al inmueble por el aviso de incendio dado por un vecino de la zona. En la inspección realizada por el cuerpo de bomberos no hallaron indicios de fuego, sin embargo si encontraron el cuerpo sin vida de un vagabundo conocido por el nombre de Bailey. Del interior del cuerpo salió una pequeña llamarada que podía verse através de una hendidura que tenía en el abdomen. Tuvieron que aplicar un chorro de agua para extinguir la pequeña llama. Según el informe de los bomberos, lo que dió más trabajo fue aplicar palanca para poder retirar el cuerpo de la escalera. Relata el documento que el cráneo del vagabundo estaba fundido en el escalón de una escalera de la vivienda. El origen del fuego, que fundió el cuerpo de la víctima, no pudo ser determinado. Lo que se niega con claridad es que fuera provocado por agentes externos: cerillas, cigarros, velas, *problemas eléctricos, etc.

DETALLE DE LA CABEZA DE BAILEY

En 1982 Jeannie Saffin ardió a la vista de su familia. Inmediatamente fue llevada al hospital, donde murió poco después por las quemaduras. El testimonio dado por la familia a la policía y más tarde al juez, pone de relieve que nunca la víctima mostró señal alguna de dolor físico a pesar de estar envuelta en llamas. El veredicto judicial fue de muerte accidental a pesar de reconocer que la investigación realizada no pudo determinar el origen del fuego que produjo la muerte a Jeannie Saffin. Dicha sentencia es a todas luces insatifactoria para la familia. ¿Cómo es posible determinar que la muerte fue un accidente si no se sabe la causa que originó el fuego que a la postre acabó con la vida de Jeannie?. A pesar de esta contradicción, entre el dictamen judicial y la investigación policial, recogida por los medios de comunicación, el caso esta cerrado.

5 de Diciembre de 1966, Coudesport (Pensilvania, EE.UU) Irving Bentley, anciano doctor retirado. Fue hallado muerto en el cuarto de baño de su casa. Lo halló Don Goneslí, que estaba realizando la lectura del contador de gas en la casa del anciano. Al abrir la puerta del bañó la escena que encontró fue dantesca. En el suelo se abrió un enorme boquete, del cual se apreciaba con nitidez la una pierna del viejo doctor. Unico resto que quedó del Irving Bentley, su pierna. En la fotografía mostrada se puede apreciar unos hierros. Es lo que quedó de la silla de ruedas de la víctima.

CUARTO DE BAÑO DEL DOCTOR IRVING BENTLEY

Significativo fue lo ocurrido a Jack Angel en 1974. Fue uno de los pocos que pudo sobrevivir a hechos similares como los aquí relatados. Jack fue a la cama a descansar. Sin embargo lo que tendría que ser unas horas para dormir se convirtió en cuatro días. Durante esos cuatro días Jack perdió la conciencia. Cuando despertó de su letargo, comprobó que parte de su cuerpo presentaba quemaduras mientras sus ropas y sabanas estaban sin daño alguno. Fue hospitalizado para curar sus heridas. Sufrió la pérdida de parte de un brazo, otros perdieron la vida en circunstancias similares.

JACK ANGEL CONCEDIENDO UNA ENTREVISTA

Sin duda alguna, uno de los casos más documentados de posible muerte por combustión espontánea es el de Henry Thomas. Ocurrió en Gwent (Gran Bretaña) en 1980. El agente del departamento de investigación criminal John Meyer, estuvo al frente de la investigación policial. La muerte se produjo en el salón del domicilio de la víctima. Como en casos anteriores la atmósfera era densa. Los restos humanos se encontraron en una alfombra, cenizas y las extremidades inferiores. El único objeto de la estancia que mostró daños por la acción del fuego fue un sillón donde estuvo sentado Henry antes de morir, según dictaminó el forense. La controversia llegó con el dictamen judicial. Muerte accidental, a pesar de no tener indicios del origen del fuego.

El 17 de Junio de 1971 León Eveille fue encontrado calcinado en el interior de su coche, estacionado en una de las calles de Arcis-sur-aube (Francia). La prensa se hizo eco de que los cristales del coche estaban fundidos. Numerosos expertos fueron interrogados sobre la temperatura necesaria para la fundición de los cristales del vehículo. Todos opinaron que es necesario más de 1.000º C.

En 1951, concretamente el 1 de Julio, la señora María Resset murió en el incendio de su apartamento. Como indicó Carss Burgess detective del caso, el suceso no pudo ser explicado. Los despojos de la señora Resset fueron encontrados en un círculo de 20 m de diámetro. El cráneo fue reducido al tamaño de una pelota de béisbol y el hígado fundido a la columna vertebral. Más allá de los 20 m alrededor de los restos nada fue afectado. Sorprendió a la policía como a escasos centímetros del círculo fatídico anteriormente mencionado, se encontraron una pila de periódicos que no mostraron signos de ser alcanzados por el fuego que consumió a la dueña de la casa. Judicialmente se concluyó que el origen del fuego fue provocado por la colilla de un cigarrillo, la señora Resset fumaba. No obstante los informenes de los expertos no pudieron confirmar esa posibilidad.

Finalizamos este breve trabajo periodístico con las conclusiones, que el Grupo Radiofónico "El Aleph", hemos extraído de los casos expuestos y de otros similares que se agolpan en nuestros archivos:

1º) Tanto los informenes policiales como de los distintos cuerpos de bomberos nunca han determinado el origen del fuego. En la mayoría de los casos se niega la posibilidad de un agente externo (cerillas, cigarros, chimeneas, corto circuitos, etc..).

2º) Es frecuente encontrar intactas los miembros inferiores, mientras el resto del cuerpo esta calcinado o quemado.

3º) Se ha comparado las cenizas de una de estas víctimas con las cenizas producto de la acción de los hornos crematorios. Se ha comprobado que estas son más negruzcas que aquellas. Algunos expertos en la materia opinan que las diferencias encontradas se deben a la diferencia de temperaturas. Más altas en los casos que nos ocupan en comparación con la de los hornos.